Por eso se ha llamado microcosmos al hombre al llamar macrocosmos al universo. Y por

eso también se le ha llamado el espejo del universo, la imagen o el reflejo de Dios (I) (<>) (Génesis, I. 26.) En, fin el viejo axioma: “Como es arriba, así es abajo” expresa la misma correspondencia. La presencia de esa divinidad encubierta garantiza, además, el triunfo final del hombre. En el resorte oculto, la potencia motora por la que la evolución es, a la par, posible e inevitable; la fuerza ascensional que vence lentamente todos los obstáculos y todas las dificultades.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

Índice