Si la mente ha de descubrir ese misterio extraño si es que existe tal cosa-

tiene que sentar la base de un comportamiento, de una moralidad que no es la de la sociedad, una moralidad en la cual no hay temor en absoluto y que, por lo tanto, es libre. Es únicamente entonces después de sentar esa base profunda- cuando la mente puede proceder a descubrir lo que es la meditación, esa cualidad de silencio, de observación, en la cual no existe el “observador”. Si esa base de conducta recta no se establece en nuestra vida, en nuestra acción entonces la meditación tiene muy poco sentido.

Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .

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