De ahora en adelante, ya no os diré nada, porque va a venir el principe
del mundo y no hay en mi nada que le pertenezca La voz de la verdad o de nues- tro consolador se calla cuando se acerca la voz de la mentira para hacer que suframos otra prueba se calla para hacer que desarrollemos nuestras fuerzas: se retira, porque el enemigo no tiene nada que hacer con ella, sino con nosotros. Pero me voy para que el mundo sepa que amo a mi padre y que hago lo que mi padre me ha ordenado. Si amamos a nuestro consolador o al espíritu que debe nacer en nosotros, no dejaremos de volver hacia él, para que todo lo que hay en nosotros sepa que lo amamos y que somos fieles al mandamiento que nos ha hecho de considerarlo como la causa de nuestras alegrías y el agente benéfico de nuestra liberación. No dejaremos de tributarle acciones de gracias por todos sus favores y, acercándonos a él todo lo que nos sea posible, le daremos verdaderos testimonios de nuestro agradecimiento y de nuestro amor.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .