Los religiosos y filántropos que no tuvieron otro propósito que ejecutar sus propios caprichos e

imponer al prójimo su manera de ver, en vez de trabajar desinteresadamente por el acrecentamiento de la virtud y de la dicha humanas, se encuentran aquí a sus anchas y organizan reformatorios, asilos y escuelas con plena satisfacción personal; y en ocasiones se regocijan al meter mano astral en cualquier asunto terreno, a favor de un médium dócil al que dirigen con la mayor condescendencia. Edifican astralmente iglesias, casas escuelas, reproduciendo los cielos materiales que ambicionaron, y aunque a la mirada clarividente puedan parecer sus construcciones imperfectas, y con algo dolorosamente grotesco, para ellos nada dejan de desear. Los sectarios de una misma religión se reúnen y cooperan de maneras diferentes, formando comunidades que difieren entre sí tanto como las comunidades análogas de aquí abajo.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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