Las personas ambiciosas también se ríen. Justo el otro día leí que cuando Jimmy Carter
llegó al poder se reía tan espléndidamente que se le podían contar los dientes. Y algunos los contaron: se le veían once dientes. Ahora solo se le ven siete. Ahora su sonrisa está desapareciendo porque su prestigio está disminuyendo cada día: las expectativas de la gente no se han colmado; no puede cumplir lo que prometió. ¡Solo siete! Pronto serán cinco, tres, dos. Para cuando se vaya, la sonrisa habrá desaparecido completamente. No se le verá ni un solo diente. Eso no es risa verdadera. Incluso esa risa es política, regulada, practicada, cultivada.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .