El asbesto llamado ... (inextinguible) por los griegos, es una piedra que, según dicen Plinio

y Solino, no puede apagarse una vez encendida. Alberto el Magno la describe diciendo que es del color del hierro y se la encuentra principalmente en Arabia, cubierta de una capa oleaginosa apenas perceptible, que se inflama en cuanto se le acerca una luz. Los químicos han intentado en vano extraer dicho aceite del asbesto, pero de ello no cabe inferir que la operación sea imposible, y si se lograra no habría duda alguna de si dicho aceite puede dar llama continua. Justamente se vanagloriaron los antiguos de poseer este secreto, por cuanto en nuestros mismos días han obtenido el mismo resultado algunos experimentadores. Dicen unos químicos que el líquido extraído de la piedra en sus pruebas es de consistencia acuosa más bien que oleaginosa, incapaz de combustión, al paso que otros aseguran que tan pronto como dicho líquido se exponía al aire libre quedaba tan espeso que difícilmente se liquidaba y al encenderlo otra vez se convertía en humo sin dar llama. En cambio, las lámparas de los antiguos ardían con pura y brillante llama sin la más mínima traza de humo. Kircher indica la posibilidad de extraer y purificar dicho aceite, aunque por lo difícil de la operación cree únicamente que pueden llevarla a cabo los adeptos superiores de la alquimia.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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