A quienes están interesados por la facultad de percep¬ción y habitualmente observan lo que sucede

a su alrededor, les resulta evidente los distintos grados de mentalidad que vemos en todas partes y los variados tipos de conciencia que existen entre los hombres. Conocemos individuos alertas, despiertos, que se dan cuenta de todo lo que sucede; agudamente conscientes, responden a los distintos tipos de co¬rrientes mentales en los asuntos humanos; perciben contac¬tos de todo tipo; otros individuos parecen estar dormidos, nada les interesa, totalmente inconscientes a los contactos, están todavía en la etapa de la inercia y son incapaces de responder a los estímulos externos, pues no se hallan men¬talmente despiertos. También lo observamos en los niños; algunos responden rápidamente y otros en cambio parecen tontos. No es que realmente unos sean más estúpidos que otros, sino que, sencillamente, se debe a la etapa interna de evolución del niño, a que encarnaron con más frecuencia y a que se dedicaron durante períodos más prolongados a ser conscientes.

Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .

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