De este modo desenvolveréis aquel sentimiento de belleza, por vosotros mismos creado, que se acrecienta
con el tiempo y os infunde gozo. Esta es la única autoridad que puede reconocer una persona civilizada, culta y espiritual, y no la autoridad ajena, no el marbet espiritual del otro, porque cada uno es quien solamente puede saber lo que siente en su interior.
Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .