Ahora bien, la sociedad está tratando siempre de controlar, de formar, de moldear el pensar
de los jóvenes. Desde el momento en que nacen y comienzan a recibir impresiones, el padre y la madre de ustedes les están diciendo constantemente lo que deben y no deben hacer, lo que deben y no deben creer; les dicen que hay un Dios, o que no hay un Dios sino un Estado y que cierto dictador es el profeta del mismo. Desde la infancia vierten estas cosas dentro de ustedes, lo cual implica que sus mentes que son muy jóvenes, impresionables, inquisitivas, que tienen curiosidad de conocer, deseo de descubrir- se vean gradualmente encajonadas, condicionadas, moldeadas para que ustedes se ajusten a una sociedad particular y no sean revolucionarios. Puesto que el pensar conforme a un patrón ya ha sido establecido en ustedes, cuando alguna vez se “repelan” lo hacen dentro del patrón. Como los prisioneros que se rebelan para tener mejor comida, mayores comodidades pero siempre dentro de la prisión. Cuando buscan a Dios, o tratan de averiguar qué gobierno es el apropiado, lo hacen siempre dentro del patrón de la sociedad, que dice: “Esto es verdadero y aquello es falso, esto es bueno y aquello es malo, éste es el líder justo y éstos son los santos”. Por consiguiente, la rebelión de ustedes como la así llamada “revolución” que llevan a cabo personas ambiciosas o muy hábiles- está siempre limitada por el pasado. Eso no es rebelión, eso no es revolución; es meramente una actividad más intensa, una lucha más valerosa dentro del patrón. La verdadera rebelión, la verdadera revolución, consiste en romper con el patrón e investigar fuera de él.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .