Atesora, pues, por tanto mérito como hay en reserva para ti, oh tú de corazón
paciente. Ten buen ánimo y conténtate con tu suerte. Tal es tu Karma, el Karma del cielo de tus nacimientos, el destino de aquellos que en su dolor y tristeza, han nacido al mismo tiempo que tú, regocíjate y llora de vida en vida, encadenado a tus acciones pasadas.
H.P. Blavatsky . La voz del silencio .