Nos asombraríamos un poco de las maravillas sensibles y vivas que se producen en nosotros
con nuestra regeneración, si penetrásemos con un poco más de profundidad de lo que lo hacemos en el conocimiento de la naturaleza del hombre. Lo hemos pintado como si fuese un pensamiento del Dios de los seres y hemos dicho que, cuando se regeneraba en su pensamiento, lo hacía también pronto en su palabra. Esto quiere decir que entonces se convierte en una palabra del Dios de los seres, lo mismo que antes era un pensamiento, y eso nos enseña, por tanto, que en un principio era a la vez un pensamiento y una palabra del Dios de los seres y que debe serlo todavía en estos tiempos, cuando tiene la suerte de verse restablecido en su naturaleza original.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .