Te cuento una antigua historia: Los sannyasins del Buda Gautama estaban meditando bajo los árboles

de mango... La mañana es el mejor momento para meditar. Después del descanso de toda la noche, estás muy cerca del centro de tu ser. Es más fácil entrar en el centro conscientemente por la mañana temprano que en cualquier otro momento, porque has estado toda la noche ahí, en el centro; acabas de dejarlo. Aún no ha surgido el mundo de las mil y una cosas. Estás aún en camino, yendo hacia las cosas, entrando en el mundo externo, pero el centro interno está muy cerca, a la vuelta de la esquina. Con solo volver la cabeza serás capaz de ver lo que es: la verdad. Dios, la iluminación. Serás capaz de ver a lo que habías ido cuando los sueños se habían detenido y dormías profundamente. Pero entonces estabas inconsciente. Dormir profundamente rejuvenece, porque entras en el núcleo de tu ser; aunque inconscientemente, pero entras... y se te quita todo el cansancio del mundo externo, y todas las heridas se curan, y todo el polvo desaparece. Has tomado un baño, te has sumergido en lo profundo de tu propio ser. Por eso dice Patanjali: el sueño profundo, sin sueños, es casi como el samadhi; pero casi, no exactamente. ¿Cuál es la diferencia? Tan solo muy pequeña o muy grande, pero ésta es la diferencia que hay: al dormir estás inconsciente, en el samadhi estás consciente. Pero el espacio es el mismo. De manera que por la mañana, cuando te acabas de despertar y estás muy cerca del centro..., pronto la periferia se apropiará de ti, te poseerá; tendrás que entrar en el mundo de las ocupaciones. Antes de entrar en ese viaje externo, echa una ojeada, para poder ver conscientemente quién eres. De eso se trata en la meditación. Por eso, a lo largo de los tiempos, la mañana, la mañana temprana, cuando la tierra está despertando y los árboles están despertando y los pájaros están despertando y el sol está despertando, cuando toda la atmósfera está llena de despertar, puedes usar esta situación. Puedes montarte en esta corriente de despertar y puedes entrar en tu propio ser, despierto, alerta, consciente, y toda tu vida se transformará. Y todo tu día se transformará porque entonces tendrás una orientación diferente. Entonces puedes entrar en el mercado y, sin embargo, permanecerás en contacto con tu núcleo interno. Y ése es el mayor secreto, el Secreto de la Flor Dorada.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

Índice