«No toméis tampoco como signos infalibles de vuestra regeneración las cosas sorprendentes y los grandes

prodigios que podáis realizar, porque pueden surgir en vosotros falsos cristos y falsos profetas que hagan cosas semejantes, hasta seducir, si fuese posible, incluso a los elegidos. No hagáis caso a todas las voces que os digan interiormente "yo soy el Cristo, pues, como un relámpago que sale de oriente y se hace visible hasta occidente, asi será en vosotros el advenimiento del hijo del hombre". Echad de vosotros con el mayor de los cuidados solamente todos los cuerpos muertos, porque donde haya cuerpos muertos acudirán las águilas».

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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