Pero, en el momento en que se manifiesta así, de improviso, no se queda inmóvil
ni un instante y parece sorprendida, como un ladrón que ha entrado en una casa que encuentra abierta y que, sobre todo, está nervioso e inquieto por si lo ve alguien, tratando de descubrir la distribución de la casa, y está como deslumhrado por los diversos objetos que ve y que son una tentación para su codicia, más aún por no estar acostumbrado a encontrarse en lugares semejantes ni a disfrutar de tales riquezas. Si no se tiene el cuidado de rechazar esta influencia con decisión tan pronto como aparece, ella va siguiendo sus propósitos criminales y puede llegar finalmente a apoderarse de toda la casa y a ahuyentar a su propietario.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .