No imagines que con quebrantar tus huesos y lacerar tus carnes te unas
a tu «yo silencioso». No pienses que una vez vencidos los pecados de tu forma grosera, oh Víctima de tus sombras queden cumplidos tus deberes para con la Naturaleza y el hombre.
H.P. Blavatsky . La voz del silencio .