Lo mismo que vuestro pensamiento y vuestra palabra no pueden renacer sin el pensamiento y
la palabra superiores, del mismo modo vuestra obra espiritual no se puede producir nada más que si actúa sobre vosotros el espíritu y eso es lo que hemos expuesto hasta ahora como imposición de manos: operación que es un acto de restauración en todas las elecciones que ha hecho Dios, enviando su espíritu sobre los hombres elegidos; pero que es más que restauradora en lo que concierne a vuestra esencia, ya que es esta triple acción de la divinidad la que os constituye y no basta con que la divinidad piense al nombre o hable al hombre, sino que es preciso todavía que haga al hombre.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .