Ahora que tus ojos se han abierto podrán parecerte absurdas algunas de tus viejas creencias

y de tus antiguas ceremonias, y quizás lo sean en realidad. No obstante, si bien tú ya no puedes participar en ellas, respétalas en obsequio de aquellas buenas almas para las cuales son todavía importantes, ocupan su puesto, tienen su utilidad; son como aquellas dos líneas que de niño te servían para escribir recta y uniformemente, hasta que tu mano aprendiera a hacerlo mucho mejor y más libremente sin ellas. Por un tiempo te fueron necesarias, mas aquel tiempo ya pasó.

Alcione J. Krishnamurti . A los Pies del Maestro .

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