Debido a la mujer sucedió la caída, el pecado original. La serpiente debió haberlo intentado
primero con Adán. Pero Adán no está en los oídos, está en los ojos; debió haber visto a la serpiente tramposa, y debió decir: «Déjame en paz. No me molestes. Tengo mis propios sueños.» Pero la serpiente convenció a Eva. Debió de cotillear con ella. Era el cotilleo de «¿Qué estás haciendo? Aquí está el árbol del conocimiento y Dios te ha engañado. Si comes la fruta de este árbol te volverás tan inmortal como Dios. Si comes la fruta de este árbol sabrás todo lo que sabe Dios. Serás omnisciente, omnipotente, omnipresente.».
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .