Esto entraña la solución del viejo problema de la fatalidad y el libre albedrío. Por
el ejercicio de su libre albedrío se crea el hombre gradualmente fatalidades para sí mismo, y entre estos dos extremos se interponen todas las condiciones de libertad y de fatalidad de donde resultan las internas luchas de que tenemos conciencia. Continuamente creamos hábitos por la repetición de las acciones deliberadamente efectuadas por la voluntad, y llegando a ser un hábito una limitación, ejecutamos automáticamente las acciones.
Annie Besant . La sabiduría antigua .