Vosotros mismos seguiréis bajo el yugo de este septenario temporal, hasta que las almas que

hayáis descarriado hayan podido recuperar su propio centro particular, para que puedan seguidamente recuperar su centro general, y os estremeceréis de vergüenza y de desesperación, mientras que, si hubieseis tenido más confianza en el espíritu, hubieseis reconocido que no tenía necesidad de vuestros medios artificiales y encubiertos para difundirse y, si hubieseis ido de buena fe, hubieseis dicho que había que empezar por procurar tener el espíritu vosotros mismos, antes de tratar de llevar a los demás a un espíritu que vosotros no teníais.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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