Cuando llegue, no tratemos de retenerlo, no lo atesoremos como una experiencia. Una vez
que nos toque ya no volveremos a ser los mismos. Dejemos que sea eso lo que actúe y no nuestra codicia, nuestra ira o nuestra justa indignación social. El amor es realmente muy bravío, indómito, y su belleza nada tiene de “respetable”.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .