Medita sobre estas palabras de Khalil Gibran: Cuando el amor te llame, síguele, aunque sus
caminos sean duros y escarpados. Y cuando sus alas te envuelvan, sométete a él, aunque la espada oculta entre sus flancos pueda herirte. Y cuando te hable, créele, aunque su voz pueda destrozar tus sueños como el viento del norte arrasa el jardín. Pero si por miedo buscas solo la paz del amor y el placer del amor, entonces es mejor para ti que cubras tu desnudez y te vayas de la era del amor al mundo sin estaciones en el que reirás, pero no toda tu alegría, y llorarás, pero no todas tus lágrimas. El amor no te da nada más que a sí mismo y no toma nada más que de sí mismo. El amor no posee ni es poseído: porque el amor es suficiente para el amor. «Cuando el amor te llame, síguele», síguele hasta el final, síguele hasta el punto en que desaparezcas por completo. Vuélvete una polilla. Sí, el amor es una llama y el amante es una polilla. Aprende mucho de la polilla; tiene el secreto: sabe cómo morir. Y saber cómo morir poseído por el amor, en éxtasis, bailando, es saber cómo renacer en un plano más elevado. Y cada vez que mueres alcanzas un plano más elevado. Cuando puedes morir total y absolutamente, sin refrenar ni siquiera un poco de ti, entonces esa muerte misma te lleva a Dios. Eso es la resurrección.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .