El herrero de Java es actualmente pobre, pero algunos signos muestran que en otro tiempo

debió de ocupar una situación privilegiada. Se le llama pande (experto) si es herrero, y empu o kyai (Señor, maestro), cuando es armero. Pero en los antiguos tiempos, la fusión de metales se consideraba como un trabajo misterioso, y se creó toda una literatura en torno al forjador de los kris, frecuentemente honrado como un príncipe. El forjador ocupaba hasta no hace demasiado tiempo una posición honorífica en la corte y, en determinadas circunstancias, podía representar a la comunidad entera. En la antigua Java las relaciones entre el forjador y el príncipe eran semejantes a las de los hermanos de sangre. Las genealogías de los herreros, como las de los príncipes, remontaban hasta los dioses. Aun hoy día, cuando el armero se dispone a forjar un kris, el taller se halla decorado como un kayon, es decir, como un recinto sagrado; las ofrendas aportadas antes de comenzar el trabajo son semejantes a las que se llevan con ocasión da las ceremonias de circuncisión, o matrimonio1. En Bali existen ritos de iniciación para los aprendices herreros, y durante el trabajo se pronuncian mantra antes de emplear cada herramienta. Los pande-wesi de Bali tienen incluso una tradición escrita que refiere su creación por la intersección de Brahma, que además les dio la zakti (= fuerza mística) necesaria para su oficio.

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

Índice