Así, pues, todos estos doctores, que te habían seducido y extraviado, quedarán ellos mismos atónitos
al ver el impeno de la palabra del hijo y el parecido que tiene la luz que él difunde con nuestra claridad natural. Todos los días descubrirán algo nuevo a la luz de esta antorcha que brillará ante ellos y tendrás el placer de ver pronto en ti mil pueblos que se convierten por sus discursos y sus instrucciones y se hacen sinceros adoradores de la verdad, hasta tal punto que no tardarás en ser, tú solo, una gran familia de fieles que no dejarán de elevar día y noche templos a la gloria del autor supremo, dominador y regulador de todo lo que existe.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .