ME HAN CONTADO LA HISTORIA de un hombre que permaneció soltero toda la vida, y

cuando estaba moribundo, a la edad de noventa años, alguien le preguntó: —Has estado soltero toda la vida, pero nunca has explicado por qué. Ahora que vas a morir, por lo menos satisface nuestra curiosidad. Si guardas algún secreto, ahora puedes contarlo, porque te estás muriendo. Incluso si el secreto sale a la luz, ya no importa. El moribundo respondió: —Sí, hay un secreto. No es que esté en contra del matrimonio, sino que buscaba a la mujer perfecta. Busqué por todas partes, y así se me pasó la vida. Quien le había preguntado antes insistió: —Pero en esta tierra tan grande, con tantos millones de habitantes, la mitad son mujeres. ¿No encontraste ni a una sola mujer perfecta? Una lágrima rodó por la mejilla del moribundo. Contestó: —Sí, encontré a una. El otro hombre se quedó perplejo. Dijo: —Entonces ¿qué pasó? ¿Por qué no te casaste? Y el anciano respondió: —Porque aquella mujer estaba buscando al marido perfecto. TU VIDA RESULTARÁ MUY DIFÍCIL SI MANTIENES TALES IDEAS. Y sí, el ego es tan astuto, tan taimado, que puede ofrecerte este nuevo proyecto: «Eres especial. Hazte normal y corriente». Pero dentro de tu normalidad, sabrás que eres la persona más extraordinaria del mundo. No hay nadie más normal que tú. Será el mismo juego, camuflado. Eso es lo que hacen los así llamados humildes. Dicen: «Soy la persona más humilde del mundo. No te llego a la suela de los zapatos». Pero no lo dicen de verdad. No respondas: «Sí, lo sé», porque no te perdonarán jamás. Esperan que digas: «Eres la persona más humilde que he conocido, y la más virtuosa». Entonces se quedarán encantados, satisfechos. Es el ego ocultándose tras la humildad. Así no puedes deshacerte del ego. Me dices: «Me considero una persona muy especial, tan especial que me gustaría ser normal y corriente. ¿Podría decir algo sobre esto, por favor?». Nadie es especial, o todo el mundo es especial. Nadie es normal y corriente, o todo el mundo es normal y corriente. Pienses lo que pienses de ti mismo, lo mismo debes pensar de los demás, y así quedará resuelto el problema. Tú eliges. Si prefieres la palabra «especial», puedes pensar que lo eres, pero entonces también lo son todos los demás. Y no solamente las personas; también los árboles, los animales, las piedras... la existencia entera es especial, porque tú saliste de esa existencia y en ella te disolverás. Pero si te gusta la palabra «normal», que es muy bonita, más tranquila, entonces comprenderás que todo el mundo es normal, que la existencia en sí es normal. Hay que recordar una cosa: pienses lo que pienses sobre ti, piensa lo mismo sobre los demás, y entonces desaparecerá el ego. El ego es el espejismo que se crea al pensar sobre ti mismo de una manera y de otra sobre los demás. Es un pensamiento doble, y si te deshaces de él, el ego muere sin más.

Osho . El libro del ego .

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