Dado que la mayoría de nosotros busca el poder en una forma u otra, se
establece el principio jerárquico: el novicio y el iniciado, el discípulo y el Maestro, y aun entre los Maestros hay rangos de desarrollo espiritual. A casi todos nos gusta explotar y ser explotados, y este sistema ofrece los medios, tanto los ocultos como los evidentes. Explotar es ser explotado. El deseo de usar a otros para nuestras necesidades psicológicas contribuye a la dependencia, y cuando uno depende, debe retener, poseer; y aquello que poseemos nos posee. Sin la dependencia, sutil o grosera, sin poseer cosas, personas e ideas, uno se siente vacío, siente que carece de importancia. Uno quiere ser algo, alguien, y para evitar la roedura del miedo a ser nada pertenece a ésta o a aquella organización, a esta iglesia o a ese templo. Así es uno explotado y, a su vez, explota.
Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .