Me gustaría entrar en esta cuestión enfocándola en forma diferente, en relación con la libertad
y el temor. La mayoría de nosotros deseamos libertad aun cuando vivimos en actividades egocéntricas y pasamos los días interesados en nosotros mismos, en nuestros fracasos y realizaciones. Deseamos ser libres no sólo en lo político, lo cual es comparativamente fácil excepto en el mundo de las dictaduras- sino también libres de la propaganda religiosa. Cualquier religión, antigua o moderna, es obra de los propagandistas y, por lo tanto, no es religión en absoluto. Cuanto más serios somos, cuanto más interesados estamos en la totalidad del vivir, más libertad buscamos y más inquirimos, sin aceptar ni creer. Necesitamos ser libres para descubrir si existe la realidad, si existe o no algo eterno, intemporal. Hay esta demanda extraordinaria de libertad en todas nuestras relaciones, pero esa libertad generalmente se convierte en un proceso autoaislador y, por lo tanto, no hay verdadera libertad.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .