Estas ideas de Kircher sobre la panspermia serán desarrolladas ampliamente más adelante en Mundus Subterraneus

(Libro XII, o polimecánico, Sección primera: sobre la panspermia de las cosas). Para Kircher, Dios "sembró" en el mundo unas semillas de plantas y animales (un "semen universal", dice nuestro autor) que concurre con su vis plastica (fuerza formativa) a la generación de los animales. En determinadas circunstancias, esas semillas germinan y dan lugar a la generación espontánea. La interpretación científica, filosófica y teológica es compleja. Desde la filosofía aristotélica está presente el pensamiento de la generación de las piedras por el influjo de los astros [SEQUEIROS, 2000a; ADAMS, 1938: 77-136]. Kircher no creía en el origen animal de los fósiles sino que alude a la acción de un "Espíritu Arquitectónico" o Spiritus Plasticus del Creador que "sembró" las rocas de simientes que posteriormente se desarrollan. El organicismo de Kircher, pues, tiene una raíz teológica, pues su disposición se debe a la Sabiduría del gran Arquitecto o Artífice de la Creación.

Athanasius Kircher . El Geocosmos .

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