Por eso el hombre, al recibir el nacimiento divino, hizo patente esta palabra celeste que
produjo fuera de la santidad de Dios; por eso, cuando, después del crimen, la bondad soberana quiere regenerar al hombre, lo pone en situación de que pueda repetir de nuevo por su propia existencia ese testimonio vivo y expresivo del origen del que procede; pero, lo mismo que el hombre no pudo manifestar en principio este testimonio activo nada más que porque él era el extracto universal de los poderes y de la santidad Divina, no puede hoy recuperar ese privilegio sublime y hacer que se oiga de verdad en su plenitud el nombre de santo, nada más que cuando haya recuperado esa plenitud de relaciones espirituales y Divinas que le devuelven su primera naturaleza.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .