Un hombre pobre no tiene ni idea de Dios. Su Dios es solo un soporte:
se agarra, se apoya en su idea de Dios. Esto sucede todos los días: cuando viene a verme un hombre pobre nunca viene con problemas que sean religiosos. Dice: «Mi mujer está enferma. Osho, ¿puedes bendecirla? Mi hijo no está consiguiendo empleo. ¿Puedes ayudarnos?» Estas cosas no tienen que ver nada en absoluto con la religión. Pero nunca viene con el problema de la meditación o el amor; ésos no son sus problemas en absoluto. Su problema es el pan, el cobijo. Su vida está en un estado tal que está tratando de sobrevivir de alguna manera. Cuando un hombre está ahogándose en el río, ¿preguntará «¿Qué es la meditación?» ó «¿Qué es el amor?»? Primero quiere que le ayuden a salir de su situación. Se está ahogando, la vida está desapareciendo: ¿a quién le importa la meditación?.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .