Para ser teósofo no hay necesidad de dejar de ser cristiano, budista o indo. Basta

con que el hombre sondee profundamente en el corazón de su propia fe, que abrace las verdades espirituales con gran firmeza, y que comprenda sus enseñanzas sagradas con más amplio espíritu. Después de haber dado origen a las religiones, la Teosofía las justifica y defiende; pues roca y cantera es de donde se sacaron y extrajeron. Ante el tribunal de la crítica intelectual viene a justificar la Teosofía las más profundas aspiraciones y los más nobles sentimientos del corazón humano. Comprueba las esperanzas que nos forjamos sobre el hombre y ennoblece más nuestra fe en Dios.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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