Me parece que lo primero que es preciso comprender en este mundo caótico y más
bien demente, es cómo prestar atención a las conclusiones, descripciones y análisis que la gente ofrece en relación con los problemas que todos tenemos. ¡Tenemos tantos problemas! No sólo en este deteriorado país, sino también en todo el mundo, los seres humanos se enfrentan a problemas extraordinariamente complejos. Los expertos, los intelectuales, los gurús, los teólogos, los sacerdotes, todos ofrecen explicaciones, cada cual conforme a su condicionamiento particular, a su particular creencia, etcétera. Y cuanto más confundido está uno, tanto más sufre, cuanto más busca, tanto más desea consuelo, seguridad o claridad. Están los que ofrecen seguridad y claridad, y pienso que es sensato aprender cómo escuchar lo que ellos ofrecen (cómo escuchar, no sólo a ellos sino también a quien les habla), porque somos tan crédulos que queremos aceptar, queremos que se nos engañe, queremos ser hipnotizados por las palabras, queremos una salida fácil para nuestra confusión y nuestro dolor. Es muy desafortunado, pero estamos ansiosos por aceptar especialmente lo que ofrecen aquellos que, de acuerdo con una fórmula, explican cómo afrontar la crisis que existe en todo el mundo; las fórmulas de ellos varían según su condicionamiento, según la cultura en que han sido educados.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .