Y entonces, oh tú, perseguidor de la Verdad, tu Mente-Alma vendrá a ser

a manera de un elefante loco que se enfurece en la selva. Tomando los árboles por enemigos vivientes, perece al intentar herir las sombras siempre mudables, que danzan en el muro de rocas que el sol ilumina.

H.P. Blavatsky . La voz del silencio .

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