El problema consiste, sin duda, en liberar a la mente por completo, de modo que
se halle en un estado de percepción alerta sin límites ni fronteras. ¿Cómo ha de descubrir la mente ese estado? ¿Cómo ha de dar con esa libertad? Espero que usted mismo se esté formulando seriamente esta pregunta, porque yo no se la estoy formulando. No trato de influir sobre usted; tan sólo señalo la importancia de plantearse uno mismo esta pregunta. La formulación verbal de la pregunta, hecha por otro, no tiene sentido si usted no se la formula a sí mismo con insistencia, con urgencia. El margen de libertad se estrecha cada día que pasa, como usted debe saberlo si tan sólo presta atención. Los políticos, los dirigentes, los sacerdotes, los periódicos y libros que lee, el conocimiento que adquiere, las creencias a las que se aferra, todo esto hace que el margen de libertad se estreche más y más. Si se da cuenta de este proceso en marcha, si de veras percibe la estrechez de espíritu, la esclavitud en aumento, de la mente, descubrirá que desde esa percepción surge una energía; y esta energía surgida de la percepción es la, que va a hacer añicos a la mente mezquina, la mente respetable, la mente que va al templo, la mente temerosa. La percepción es, pues, el camino de la verdad.
Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .