Antes de decir en el nombre del Señor, espera siempre que el nombre del Señor
haya descendido a ti; pero no debes pronunciar de memoria este nom- bre poderoso. Debes hacerlo con sentimiento, por instinto, como si estuvieses presionado por el poder de su encanto irresistible. ¿Querrías ser como los que lo pronuncian todos los días por si mismos y en los que la idea que se hacen y el respeto que deberían darle se confunde con los movimientos mas insensi bles de su alma y no dejan en ella huellas mas profundas? Algunos son todavía mucho mas culpables y solo lo pronuncian para su condenación, pero esta visión sería demasiado penosa y peligrosa para el ojo del hombre nuevo y sería mejor dejarlo que ignore su existencia y demostrarle por que debe espe- rar que el nombre del Señor haya descendido a el, antes de atreverse a decir en el nombre del Señor.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .