Mulla Nasruddin va a una estación de montaña. Tiene allí un chalet. A veces dice:

«Voy para tres semanas», pero para la segunda semana ya ha vuelto, o incluso después de siete o de diez días. Le pregunté a Nasruddin: «Dices muchas veces que te vas para tres o cuatro semanas y luego vuelves en dos semanas o incluso antes. ¿Qué pasa?» Él dijo: «Sí que pasa algo. Hay una mujer allí que cuida de la casa. Es la mujer más fea..., ¡es horrible, es repulsiva! Con solo mirarla tienes ganas de vomitar.» Entonces le pregunté: «Pero ¿qué tiene que ver ella con eso, con que vuelvas antes?» Él dijo: «Es que hay una historia. Cuando llego a la estación de montaña, ella me parece horrible. Pero poco a poco, después de cuatro o cinco días, ya no es tan horrible. Luego, después de ocho o diez días, empiezo a ver algo de belleza en ella. El día que empiezo a ver belleza en ella es el día que me escapo, ¡porque eso significa que ya basta! He vivido ya demasiado lejos del mundo, lejos de mi esposa; ¡ahora incluso esta mujer horrible me empieza a parecer guapa! Eso significa simplemente que me he privado demasiado. De manera que éste es el criterio: lo que digo —tres semanas, cuatro semanas— no es lo que cuenta. El verdadero criterio es: el día que la mujer es guapa y empiezo a fantasear con ella, entonces empaco mis cosas y me escapo. Sé que la mujer es horrible, y si me quedo uno o dos días más, entonces va a haber peligro: ¡puede que me enamore de esa mujer horrible!».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

Índice