Tao, por eso te he dado el nombre «Tao»: hay un mensaje para ti en
ello. Tao significa espontaneidad, naturaleza. Tao no es una práctica, no es un esfuerzo, no es algo que haya que cultivar. Es paciencia, es confianza, es esperar a que sucedan las cosas, incluso si tienes que esperar eternamente. El Tao no requiere trabajo por tu parte. Todo lo que puedas hacer será un deshacer, porque en el momento en que aparece el que hace, la naturaleza desaparece. En el momento en que el hacedor se apodera de ti, eres poseído por la idea del ego. Y entonces hay un muro entre tú y el Tao... o llámalo Existencia. El hacedor tiene que disolverse, y no puedes hacer nada para disolverlo. ¿Cómo vas a poder hacer algo para disolver al hacedor? Cualquier cosa que hagas seguirá simplemente alimentándolo. Es suficiente entender que todo está bien cuidado y atendido... Los árboles están creciendo: no es que estén haciendo ningún esfuerzo para crecer. Los pájaros están cantando: no es que vayan a ninguna escuela de música. Los ríos están fluyendo: nadie les ha enseñado a llegar al océano. No llevan ningún mapa, no conocen ningún camino, no tienen ningunas escrituras; sin embargo, todos los ríos llegan al océano. ¡Simplemente mira a tu alrededor! Este inmenso universo está funcionando tan perfectamente bien que no se le puede añadir nada. No necesita ninguna mejora. Al ver esto, uno se relaja. Si las estrellas pueden seguir bailando, y las flores pueden seguir floreciendo y los pájaros pueden seguir cantando, ¿por qué no tú? Tú también perteneces a este universo. Formas parte de él. De hecho, eres su parte más valiosa, el mayor florecimiento va a suceder en ti: el florecimiento de la consciencia, la Flor Dorada del ser. No estás desatendido, te tiene a su cuidado.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .