Ése es el instrumento divino que la fuente superior ha confiado al hombre nuevo o,
más bien, ha querido regenerar en él para ponerlo otra vez en condiciones de celebrar de nuevo, con cantos regulares, la gloria de su autor, de su maestro y de su padre; obra que el hombre no puede realizar si no es con la ayuda de este instrumento espiritual y sometiéndose a todas las leyes de su armonía, porque, como lo que debe celebrar es la unidad, no podría hacerlo con exactitud si no tuviese en su mano lo representativo de esta unidad; obra que no se habría debido interrumpir nunca, si el hombre hubiese seguido los planes de su destino original, pero que, a pesar de la interrupción que ha sufrido por la fuerza cruel que ha tenido el crimen para obstruir en nosotros esos preciosos canales, está siempre dispuesta para revivir y desarrollar todas las maravillas que es capaz, en cuanto el hombre se decida a tomar la resolución sincera de ponerse, con su trabajo constante y su humildad íntima, en condiciones de recibir el bautismo invisible de su guía, que es el único que puede llevarlo a las puertas de la región de la vida.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .