«Padre mío, quiero que los que tú me has dado estén también conmigo donde yo

estoy, para que contemplen mi gloria, que tú me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo». Hombre nuevo, contempla aquí la gloria que te prepara el reparador, para que, a tu vez, tu la prepares a los tuyos. No es nada menos que estar donde está ahora el reparador; no es nada menos que contemplar su propia gloria, llegar así a esa luz que hay por encima de los tiempos, sentir, elevándote hasta él, lo que es haber sido amado por Dios antes de la creación del mundo, y reconocer por este medio la inmensidad del amplio campo que puede abarcar tu antiguo origen y tu santa inmortalidad.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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