La religión exotérica, ascendiendo por el Árbol, Jamás sobrepasa la Esfera de Tiphareth. No tiene
ninguna percepción adecuada de los Misterios de la Creación, tales como son evocados por el simbolismo de Kether, Kjokmah y Binah, ni modos de acción del Arcángel luminoso y del sombrío, representados por Guedulah y Gueburah; menos aun percibe los Misterios de la conciencia y de la transmutación de fuerza representados por Daath, el Sephirah invisible, para el cual no existe un símbolo. Dios se manifiesta en Thiphareth por la forma, y habita entre nosotros; es decir, ÉL es percibido por la conciencia del hombre. Tiphareth, el Hijo, nos evoca al Padre, Kether. Para que la forma pueda estabilizarse, las fuerzas opuestas cuyo resultado es la forma, deben llegar a su punto de equilibrio. De esta manera, encontramos que la idea de un Mediador o de un Redentor es inherente a este Sephirah. Cuando la Divinidad se manifiesta en la forma ésta debe estar perfectamente equilibrada También se podría invertir correctamente la proposición y decir: cuando las fuerzas de donde resulta la forma están en perfecto equilibrio, la Divinidad se manifiesta en la forma, según su tipo. Dios se manifiesta entre nosotros cuando las condiciones se lo permiten. Cuando se manifiesta en los planos de la forma bajo el aspecto infantil de Tiphareth, el dios encarnado deviene hombre, y es entonces un dios Redentor. En otros términos' habiendo obtenido la encarnación por medio de una materia virgen (María, Marah, la Madre Superior por oposición a Malkuth, que es la Madre Inferior). La manifestación Divina que se desarrolla hace un perpetuo esfuerzo para conducir a un equilibrio estable el Reino de los seis Sephiroth que forman el Centro del Árbol.
Dion Fortune . La Cabala Mistica .