Paracelso y Van Helmont reconocen el gran poder de la voluntad durante los éxtasis y
dicen que “el espíritu es el medio del magnetismo y está difundido por todas partes”, por lo que la pura y primieval magia no ha de consistir en prácticas supersticiosas ni ceremonias vanas, sino en la imperiosa voluntad del hombre; pues "el alma y el espíritu que en él se ocultan, como el fuego en el pedernal, y no los espíritus celestes ni infernales, dominan la naturaleza física".
H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .