Un hombre que venía del mercado llegó a casa. De repente vio que su casa

estaba en llamas. Sus hijos estaban jugando dentro; niños pequeños. Gritó desde fuera porque tuvo miedo de entrar. Gritó: «¡Niños, salid! ¡La casa está en llamas!» Pero los niños estaban tan enfrascados en sus juegos que no escuchaban. Entonces se le ocurrió y gritó con fuerza: «¿Me oís o no? ¡Os he traído muchos juguetes del mercado!» Y todos salieron corriendo... y no había traído ni un solo juguete. Pero esos niños le habían dicho: «Vas al mercado, así que tráenos juguetes.» Fuera, al no ver ningún juguete, dijeron: «¿Dónde están los juguetes?» El hombre se echó a reír y dijo: «Era una estratagema para que salierais de la casa, que está en llamas. Mañana os traeré juguetes.» Éstas son estratagemas. Recuerda: una estratagema no es ni verdadera ni falsa. Una estratagema es útil o inútil, pero nunca verdadera o falsa. Esas palabras no son relevantes para una estratagema. Las meditaciones que hacéis aquí son todas ellas estratagemas; ni verdaderas ni falsas. Son útiles o inútiles, desde luego; pero no es una cuestión de verdad. Os estoy dando juguetes para que podáis salir de la casa que está en llamas. Cuando estéis fuera, comprenderéis; incluso esos niños comprendieron: cuando vieron la casa ardiendo se olvidaron completamente de los juguetes y comprendieron el amor del padre. Debía de querer inmensamente a esos niños, por eso pudo incluso mentir. Era una mentira. Te sorprenderá saber que los maestros Zen han estado diciendo a lo largo de los siglos que Buda fue el mayor mentiroso. Pero su compasión era tal que mintió. Creó estratagemas. Esto es una estratagema..., tres cosas que hay que contemplar: el vacío, la falsa ilusión y el centro.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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