Conocidas de este modo por el entendimiento las simples sustancias, desciende el tacto, el cual

percibe la composición de las mismas sustancias, por sentir en instante sus cualidades, aunque se admira, por ignorar el como existen, hasta que por medio del oído oye del afato estas verdaderas palabras: el fuego calienta al aire dándole su calidez, la que no se separa de su propio sujeto, y así cuando la calidez entra en el aire, entra también el mismo fuego; y lo mismo es del aire que humedece el agua, y del agua que de su frialdad enfría a la tierra, y de la tierra que de su sequedad habitúa y viste al fuego; y por esta circulación entran en mixión los elementos, y componen la misma piedra.

Ramón Llul . El Libro Del Ascenso Y Descenso Del Entendimiento .

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