"Mohidin" el gran místico sufí de la España musulmana del siglo XII, dice explícitamente en

su "Fotuhat", que no deben apetecerse ni buscarse los carismas, sino recibirlos sin alardes como un don de Dios, que aparece por cada virtud que se conquista. Esta misma doctrina de la mística musulmana, pasó a la mística castellana con San Juan de la Cruz y Sta. Teresa de Jesús, la última de las cuales afirma que los "carismas" encierran graves peligros, confundiendo al verdadero religioso y haciéndole creer que son una señal de auténtica espiritualidad, cuando en realidad pueden ser de consecuencias satánicas y deben superarse con la práctica de las "virtudes macizas".

Eduardo Alfonso . La iniciación .

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