Cuando se te permita tomar posesión de la parte de tierra prometida que se te
asigne, recuerda que es el mismo Señor el que te ha dado los medios para entrar en ella y que tú no tienes más mérito que el de haber utilizado estos medios. Recuerda que es él mismo el que ha producido esta tierra, en la que encontrarás tantas riquezas y tanta abundancia. Recuerda que, si no te prote- giese él continuamente en todo momento, tú no podrías estar seguro ni un solo instante. Fíjate a lo que puede reducirse todo el sentido de estos panoramas espirituales.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .