Por tanto, es a sacar las piedras de las canteras, tallarlas, transportarlas y ponerlas definitivamente
en el lugar que deben ocupar en el edificio a lo que la sabiduría y el espíritu del Señor se dedican con nosotros, y las herramientas que utilizan para ello son los mismos obstáculos y las mismas contrariedades espirituales que encontramos en nuestro camino, cuyo precio el hombre novicio en los secretos de Dios no conoce lo suficiente para darse cuenta de que no hay ni una sola de estas pruebas que, si se realiza con fe y valor, no deba concluir para él con el nacimiento y el desarrollo de una unidad, y que con estas acumulaciones de unidades adquiridas por otras tantas pruebas y victorias, debe ver que se levanta en él el nuevo hombre o el edificio de los elegidos.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .