Después que el entendimiento ha alcanzado y entendido todo esto vuelve a descender a los
sentidos por medio del oído, que oye decir al afato que ningún accidente existe por sí, sino por la sustancia, conoce que la piedra es sustancia, y que la proposición que el afato pronuncia diciendo, ningún accidente existe sin sustancia, es tan verdadera como decir el hombre es animal; y conoce también que los antiguos y modernos filósofos han hecho al afato una gran injuria por no haberle reconocido por uno de los sentidos, siendo él tan necesario, y aún más para adquirir las ciencias que los otros sentidos, porque privado el afato se privaría la locución, con lo que no pudiera el oído causar la ciencia oyendo, y sin la ciencia no tendríamos noticia de las cosas pasadas, ni futuras, ni de Dios glorioso, pues solamente tendríamos noticia de lo presente.
Ramón Llul . El Libro Del Ascenso Y Descenso Del Entendimiento .