¿Debemos o no debemos formarnos una idea acerca de alguien? ¿Debe uno tener ideas acerca
de la gente? ¿Debe formarse una opinión, emitir un juicio con respecto a alguien? Cuando tenemos ideas acerca de nuestro maestro, ¿qué es lo importante para nosotros? No el maestro, sino nuestras ideas sobre él. Y eso es lo que sucede en la vida, ¿no es así? Todos tenemos opiniones sobre la gente; decimos: “él es bueno”, “él es vanidoso”, “él es supersticioso”, “él hace esto o aquello”. Existe una pantalla de ideas entre nosotros y la otra persona por lo tanto, jamás conocemos realmente a esa persona. Habiendo visto a alguien hacer alguna cosa, decimos: “Él ha hecho esto”; así, se vuelve importante fechar acontecimientos, ¿comprende? Si alguno hace algo que consideramos bueno o malo, tenemos entonces una opinión de él, la cual tiende a fijarse y, cuando nos encontramos con esa persona diez días o un año después, seguimos pensando acerca de ella en los términos de nuestra opinión. Pero durante este período, esa persona puede haber cambiado. Por lo tanto, es muy importante no decir: “Él es así’, sino decir: “Él era así en febrero”, porque a fines de año él puede ser por completo diferente. Si decimos de alguien: “Yo conozco a esa persona”, podemos estar completamente equivocados, porque la conocemos sólo hasta cierto punto, o por los sucesos que tuvieron lugar en una fecha determinada, y más allá de eso no la conocemos en absoluto. En consecuencia, lo que importa es acercarnos siempre a otro ser humano con la mente fresca y no con nuestros prejuicios, con nuestras ideas fijas, con nuestras opiniones.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .