Como esta ley antigua estaba circunscrita en las medidas del tiempo y pro- porcionada al

estado terrestre de la familia humana, debía tener un final y no podía dejar de producir la saciedad cuando se hubiesen desarrollado más las necesidades del hombre, mientras que la ley nueva, que vuelve a colocar al hombre en la línea de vida, debía proporcionarle placeres cada vez mayores como el infinito y tesoros cada vez más dulces y más abundantes Pero sólo el reparador podía facilitar así el buen vino al final del banquete y esta obra fue la causa de una gran alegría en la región superior y Divina, ya que el gran mundo no puede dejar de sentir euforia cuando el pequeño mundo entra en sus medidas particulares, visto el restablecimiento de las similitudes que es el prin- cipal deseo de este gran mundo.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

Índice