Toda forma de acumulación, ya sea de conocimiento o de experiencia, toda forma de ideal,
toda proyección de la mente, toda práctica destinada a moldear la mente lo que la mente debería ser y no debería ser-, todo esto debilita, sin duda, el proceso de investigación y descubrimiento [...]. Pienso, pues, que nuestra investigación no debe estar dirigida a la solución de nuestros problemas inmediatos, sino más bien a descubrir si es posible dejar a un lado todos los contenidos de la mente, tanto los superficiales como los de la mente inconsciente, profunda, donde están los recuerdos, donde se encuentra almacenada toda la tradición, la herencia del conocimiento racial. Entiendo que eso puede hacerse sólo si la mente es capaz de estar alerta sin exigencia ni presión alguna; simplemente, estar alerta. Pienso que ésa es una de las cosas más difíciles que hay estar alerta de ese modo-, porque nos hallamos atrapados en el problema inmediato y en su inmediata solución; por eso nuestras vidas son muy superficiales. Aunque podamos acudir a todos los psicoanalistas, leer todos los libros, adquirir muchos conocimientos, asistir a las iglesias, orar, meditar, practicar distintas disciplinas, nuestras vidas son, a pesar de eso, muy superficiales, porque no sabemos cómo profundizar en ellas. Pienso que la comprensión, la vía de profundización, la manera de ahondar a fondo en la vida, radica en la percepción alerta, en darnos cuenta de nuestros pensamientos y sentimientos, sin condenar, sin comparar; simplemente, observando. Verán, si experimentan con ello, lo extraordinariamente difícil que es, debido a que toda nuestra educación nos ha enseñado a censurar, a aprobar, a comparar.
Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .